Su vigencia puede ser breve (menos de un año) o perdurable (hasta cinco años). Actualmente la forma de generarlas ha cambiado respecto a sus inicios. Ya no sólo las proponen los diseñadores, sino también las personas en las calles, en Internet y en las redes sociales.
Si damos un vistazo rápido a las propuestas de esta Primavera-Verano 2018, nos daremos cuenta de que los colores pastel, estampados tropicales, de flores, faldas de tubo y mangas abullonadas están llenando las tiendas de ropa o boutiques. Toda una lista de opciones mezcladas que bien podría resumir lo que ya se usó en 2017 y lo que se podría usar en 2019. Tendencias que pareciera que gracias a las redes sociales cambian a gran velocidad, pero lo cierto es, que existen aquellas que vuelven periódicamente y otras más que se mantienen inmóviles por años.

Resumiendo, existen dos tipos principales de tendencias en el mercado, las de ciclos cortos o Microtendencias pasajeras y las de ciclos largos o Macrotendencias. Las primeras son aquellas que pasan de forma rápida, son las asociadas al fast fashion y su producción corresponde a aquellas empresas cuyo principal objetivo está basado en la velocidad de la oferta relacionada a la demanda. Los expertos en tendencias las asesoran para conocer aquellas que el mercado está listo para consumir y éstas las producen en períodos muy cortos de tiempo (de ocho a diez días). Mientras que las segundas, pasan de forma más lenta y se relacionan con la identidad de una marca.
El ciclo regular de las tendencias es que primero las llevarán sus creadores y blogueros. Uno o dos años más tarde de su lanzamiento podremos verlas en los escaparates y en las calles, para después morir. Sin embargo, en ocasiones el mercado no se encuentra preparado para consumirlas cuando son lanzadas, ya sea porque no han podido digerirlas o porque no han logrado adaptarlas a su estilo de vida. Cuando así sucede, las cadenas insisten otras temporadas más para convertirlas en un éxito en ventas.
De acuerdo con Anna María López López, especialista en diseño y tendencias, y autora del libro Coolhunting digital, “Una tendencia muere cuando deja de ser novedosa y pasa a estar en todas partes, cuando deja de ser utilizada por una minoría de trendsetters (creadores de tendencias) y es adoptada por la gran mayoría o mainstream”.


Poniendo claros ejemplos de los dos tipos de tendencias que existen, para las de ciclos cortos tenemos las populares blusas decoradas con parches que la Primavera-Verano 2017 estuvieron tan presentes; las vimos poco a poco, después por todas partes y también poco a poco han ido desapareciendo. Para las de ciclos largos, encontramos las gabardinas, los zapatos deportivos o los pantalones de mezclilla rectos, que se han mantenido en auge tras varios años, pero no sólo eso, son parte ya de un estilo de vida.
Y tú, ¿ya conocías estas diferencias?, ¿identificas en tu tienda de ropa o boutique cuáles son de ciclos cortos y largos? ¡cuéntanos en los comentarios!
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